Cuando estaba a varios metros del tenderete, recibió dos disparos por la espalda que le atravesaron el corazón.
[4][5][6] Al parecer, dos semanas después, Agustín Aznar y otros falangistas vengaron su muerte con el asalto a un local del FUE y la agresión de varios de sus miembros, uno de los cuales, Antonio Zárraga García, quedó herido de un disparo.
[7][8][9][2][10][9] Durante su entierro se escuchó por primera vez el luego famoso grito de ¡Presente!
tras decir el nombre del camarada,[11] un ritual que los falangistas habían tomado del fascismo italiano.
[12] También las JAP gritaban ¡Presente y adelante!.