Como agrimensor, pasó a Polco, en Valle Viejo, para administrar la fortuna de su esposa, recibida por herencia.
En 1807, durante la segunda invasión inglesa a Buenos Aires, organizó un contingente de quinientos voluntarios divididos en cinco compañías, que finalmente recibió la orden de no marchar a Buenos Aires.
Tras esos sucesos, después que el Tiunvirato le recociese el grado de Coronel del Ejército Patrio, hostigado por sus rivales se dedicó al cuidado de sus propiedades en Polco.
Murió a finales de 1815 con sesenta y tres años de edad, dejando como herederos a ocho hijos, cinco varones y tres mujeres.
Sus restos fueron sepultados en el cementerio de San Francisco, a cuya Tercera Orden pertenecía.