Francisco Valverde y Perales
De familia humilde, cursó estudios primarios en Baena y, ya adolescente, marchó a Córdoba, Sevilla y Cádiz; en esta última ciudad ingresó a los veinte años como voluntario en el Ejército y sentó plaza en Cantabria; recibió su bautismo de fuego en la batalla de Alcolea y en 1870 fue destinado como Guardia Civil a Cuba; allí fue condecorado con la Medalla del Mérito Militar.Fue nombrado comandante de la Guardia Civil de Toledo, y allí se despertó su interés por la arqueología y la historia; se retiró con el grado de comandante en 1902.Entonces se retiró a Baena y desarrolló estas aficiones de historiador, arqueólogo y poeta.A su labor como arqueólogo se debe el hallazgo del Crismón de Baena, una cruz visigoda, en la tumba de un clérigo del siglo vi en Íscar, dentro del término municipal de Baena.Fue donada por el arqueólogo al Museo Arqueológico Nacional, y robada el 6 de julio de 1993.