Franz Xaver Winterhalter

A lo largo de su vida Franz Xaver permaneció en estrecho contacto con su familia, y en especial con su hermano Hermann (1808-1891), que también era pintor.

Blasien, Winterhalter dejó la aldea de Menzenschwand en 1818 a los 13 años para estudiar dibujo y grabado.

Un año después Il Decameron también recibió numerosos elogios; ambas pinturas eran composiciones académicas al estilo de Rafael.

Su éxito también le permitió ganarse reputación de especialista en retratos dinásticos y aristocráticos, hábil combinando el retrato y la lisonja e intensificando la ostentación oficial con la moda moderna.

Winterhalter se convirtió en una celebridad internacional que disfrutaba del mecenazgo de la realeza.

Winterhalter viajó a Suiza y continuó realizando encargos para Bélgica e Inglaterra.

El mismo año realizó una propuesta de matrimonio pero fue rechazado, por lo que Winterhalter continuó siendo un solterón dedicado a su trabajo.

Su popularidad aumentó después del ascenso al poder en Francia de Napoleón III.

La hermosa emperatriz Eugenia llegó a ser una de sus modelos favoritas y ella le trató con generosidad.

Pese a haber vivido durante muchos años en Francia, mantuvo un estrecho contacto con su país nativo.

Sin mayores complicaciones decidió retirarse de forma permanente a Alemania.

Todavía estaba oficialmente acreditado en la corte de Baden y se asentó en Karlsruhe.

Las familias reales de Inglaterra, Francia, España, Rusia, Portugal, México y Bélgica le encargaron retratos.

Pintaba con rapidez y continuidad, diseñando la mayoría de sus composiciones directamente en el lienzo.

Respecto al método de trabajo de Winterhalter, se cree que —debido a la práctica que había adquirido dibujando y representando figuras— pintaba directamente en el lienzo sin hacer estudios preliminares.

Como artista Winterhalter es difícil de clasificar, pues existen pocos pintores con los que pueda compararse y no encaja en ninguna escuela específica.

Sus primeras influencias son neoclásicas pero su estilo posterior puede ser descrito como neo-rococó.

A su muerte su obra cayó en desgracia, siendo considerada demasiado romántica, brillante y superficial.

Poco se sabe sobre él a nivel personal, y su arte no fue revalorizado hasta finales del siglo XX, cuando una gran exhibición de su obra en la National Portrait Gallery de Londres y en el Petit Palais en París en 1987 recuperaron su popularidad.

La emperatriz Isabel de Austria con estrellas de diamantes en su cabello (1864). Hofburg , Viena . Este retrato presenta a la emperatriz de una manera romántica mejorando su reputación como una de las grandes bellezas de su tiempo. La emperatriz aparece en una pose sensual con los hombros desnudos y volviendo la cabeza hacia el espectador. Lleva un vestido de satén y tul blanco salpicado de estrellas de plata y con estrellas de diamante en el pelo. Este retrato es una de las representaciones más emblemáticas de la emperatriz Isabel y una de las obras más conocidas de Winterhalter.
Leonila princesa de Sayn Wittgenstein Sayn , 1843 Museo J. Paul Getty Los Ángeles . Winterhalter contrastaba las telas suntuosas y colores vivos contra los cremosos para aumentar la sensualidad de la pose, el modelo y la configuración exuberante.
Eugenia, emperatriz de los franceses y sus damas de compañía , en 1855 Palacio de Compiègne . Tomando como inspiración las escenas bucólicas del siglo XVIII , esta composición monumental establece a la soberana y su séquito en el contexto de un claro en un bosque sombrío. Sin embargo, la composición es muy artificial y formal. La emperatriz, ligeramente a la izquierda del centro, está rodeada por el grupo y lo domina.
Retrato de Isabel II con su hija la infanta Isabel , en 1852, Palacio Real de Madrid .
La familia de la Reina Victoria , por Franz Xaver Winterhalter, en 1846.
Su tumba en el cementerio principal de Fráncfort.