Poseía un cañón en la pierna derecha que significó muchos goles para el equipo tiburón además de un buen dribbling.
Tenía 22 años cuando llegó a México, junto con sus compatriotas Mariano Ubiracy, centro delantero y Marcio, defensa central, llegando un año después Waldir Pereyra "Didí", y obteniendo el Subcampeonato de la Primera División en la temporada 1965-1966.
En la temporada 1990-1991 volvió a ejercer el mismo cargo como entrenador, y retirándose finalmente.
En 2009 sufrió un derrame cerebral, aunque logró recuperarse bastante bien, dado que no hubo secuelas neurológicas.
Su cuerpo fue cremado según informó su hijo a los medios de comunicación del puerto.