François Bonvin

Para ganarse la vida trabajó en una imprenta y una comisaría y aprovechaba su tiempo libre para ir al Louvre o estudiar a los maestros flamencos u holandeses.Participó en el Salón de los Rechazados con su amigo Courbet y realizó numerosos viajes a Flandes y a Holanda, tierra de sus pintores preferidos.Pudo mantenerse a duras penas con la buena voluntad de sus amigos y gracias a una exposición antológica celebrada en 1886 y una venta benéfica en 1887 organizadas por ellos.Bonvin se cuenta entre los mejores pintores de género del siglo XIX.En un primer momento estuvo muy influido por la pintura flamenca que amaba, evolucionando luego hacia unas maneras más suaves por lo que será conocido como el nuevo Chardin, apreciado por sus composiciones simples, sus efectos lumínicos variados y sus colores sinceros.
Bodegón con espárragos