La fractura de calcáneo consiste en la rotura del hueso calcáneo situado en el talón del pie, corresponden al 60% de las fracturas del tarso y generalmente están provocadas por una caída de altura en la que el pie sufre un importante impacto al contacto con el suelo.
Son fracturas complejas de evolución lenta y en muchas ocasiones persisten secuelas de carácter permanente o incapacidad funcional.
Las técnicas de tratamiento son diversas, puede optarse por tratamiento conservador mediante inmovilización y vendaje de yeso, mientras que en otras ocasiones se recomienda cirugía.
En ocasiones no se produce la recuperación completa y el paciente continúa con dolor y limitación funcional de forma permanente.
Las complicaciones son la falta de consolidación o pseudoartrosis que es muy rara, la lesión del nervio cutáneo, el atrapamiento del nervio tibial posterior, la distrofia simpática refleja, la dehiscensia de la herida e infección del hueso (osteomielitis) tras la cirugía, la aparición de artrosis subastragalina o de la articulación calcáneocuboidea y la tendinitis del tendón del músculo peroneo largo y músculo peroneo corto.