Se utiliza principalmente en la medición de: En la fotopletismografía se aproxima el volumen de un cuerpo determinando la cantidad de luz que este refleja.
Una fuente de luz infrarroja (LED) emite un haz sobre la piel para iluminar los vasos subcutáneos, estos reflejan parte de dicho haz dependiendo la cantidad de hematíes que contienen.
[1] La luz reflejada incide en un fotosensor (usualmente de cadmio-selenio) que la convierte en un voltaje equivalente.
Debido a que la piel absorbe más del 90 % de la luz, el par diodo-fotosensor se acompaña de amplificadores y filtros que garantizan un voltaje adecuado.
[2] El ciclo cardíaco puede obtenerse midiendo el intervalo que existe entre cada pico de voltaje.