sacerdote castellano, deán de la catedral de Jaén y propuesto para obispo de Jaén, y no ocupó el cargo.
A la muerte del obispo Juan III se inició la elección de un nuevo obispo para la diócesis de Jaén y salió elegido Juan Miguel siguiendo la tradición en la elección de obispos sorianos, pero los de Jaén se opusieron a esa costumbre y eligieron a Fortún García de origen jiennense.
Esto provocó una pugna entre ambos candidatos mientras la diócesis permanecía con su sede vacía y eso duró desde febrero de 1289 hasta mediados de 1296, que se solucionó con la renuncia de ambos.
[1] Una vez solucionados los problemas entre los dos candidatos, el Papa Bonifacio VIII nombró obispo a Pedro Pascual, fraile mercenario natural de Valencia y muy vinculado con la tierra de Jaén.
Así de esa forma se aplacaron las diferencias entre ambas facciones.