Cuando se crea un contenedor, en primer lugar se produce la codificación de las pistas y posteriormente son "unidas" (multiplexadas) siguiendo un patrón típico de cada formato.
Cuando un archivo debe ser reproducido, en primer lugar actúa un divisor (splitter), el cual conoce el patrón del contenedor, y "separa" (desmultiplexa) las pistas de audio y vídeo.
Es pues imprescindible que el reproductor cuente con los decodificadores necesarios para reproducir tanto el vídeo como el audio, ya que de lo contrario la información no puede ser interpretada de forma correcta.
En teoría, un formato contenedor podría recapitular cualquier especie de datos.
Esto se debe a las necesidades específicas de la información deseada.