Participó en la vida comunitaria con espíritu humilde y atento a los trabajos más modestos.
Mantuvo estrecha relación con Santa Verónica, quien en 1716, fue nombrada abadesa, de quien se hizo su confidente, y además la auxiliaba como secretaria.
[2] Se distinguió por una vida de pobreza y austeridad.
Fungió como mediadora de paz ante el levantamiento popular posterior a la muerte del papa Benedicto XIV en 1758.
Florida fue mencionada por la Virgen María en sus palabras a Santa Verónica quien dijo: "Te recomiendo Verónica, a mi Floridina, gozo mío y gozo de mi divino Hijo" [3]Sor Florida promovió la causa de beatificación de su maestra Santa Verónica Giuliani.