Flora (Arcimboldo)

Contrasta el fondo neutro con la rica paleta de las flores sobrepuestas, remarcando por eso la dimensionalidad del retrato.

Gana en verismo anatómico cuanto, contrario a otros Arcimboldo, no tiene de informe o esperpéntico.

Meticulosamente, cada flor está pintada con sentido único de la iluminación, permite la sutileza del rostro sin apartarse de la ilusión óptica que constituye a las cabezas compuestas, lo antropomórfico y representado.

Integra un pendant o pareja con "Flora meretrix", que pintó el autor un año después, del mismo tema pero modificado, suavizado en el trazo, empleando fauna aún.

La obra salió de la colección real sueca a finales del siglo XIX, quizá como regalo y dejó Suecia en 1965, para ser subastada en el mercado internacional.