Este apéndice se monta en el intradós del ala, formando un ángulo de unos 90 grados.
El dispositivo descrito funciona incrementando la presión en el intradós, rebajando la presión en el extradós y mejorando el flujo de la capa límite (manteniéndolo “enganchado” hasta el borde de salida, por todo el extradós del perfil aerodinámico).
[2] Las aplicaciones típicas están documentadas en automóviles de competición, estabilizadores horizontales y verticales de helicópteros y aviones en los cuales un sostén muy alto sea esencial (por ejemplo, en avionetas publicitarias que remolcan anuncios).
El tercero y último día de las pruebas programadas, el piloto Bobby Unser pidió una solución a Dan Gurney y este propuso la pequeña modificación que lleva su nombre: el flap Gurney.
Al volver el piloto a boxes, Bobby Unser habló discretamente con Dan Gurney y le anunció que el nuevo flap era sensacional.
El único que hacía falta era equilibrar el monoplaza añadiendo carga aerodinámica a la parte delantera.
[9] Desde los años 60 del siglo XX, como mínimo, algunos automóviles de competición equipaban una pestaña posterior que mejoraba el comportamiento aerodinámico a altas velocidades.
Aparentemente, Dan Gurney se inspiró en este tipo de flaps posteriores que recuerdan, vagamente, su solución.