La ciudad está rodeada por una muralla de barro y un foso.
El río sale de la llanuras por otra garganta estrecha en la extremidad sur.
Es allí donde, según la historia iraní, Alejandro Magno, ante la imposibilidad de adueñarse de la ciudad, construyó una presa que cerraba la garganta, creando un lago en la planillanura que sumergió la ciudad y las ciudades vecinas.
El lago subsistió hasta el comienzo del siglo III, cuando Ardacher, el primer monarca sasánida, destruyó el embalse y liberó así la llanura.
Cambió el nombre de la ciudad porque residía a menudo en Gur y el hecho que este nombre significa también "tumba" fue el origen de alusiones poco afortunadas; por ejemplo, «las gentes que van a Gur (tumba) no regresan nunca vivos; nuestro rey va a Gur, la ciudad, muchas veces al año y no ha muerto aún».