Es venerada como santa por la Iglesia católica, y su memoria se celebra el 12 de marzo.
[5] Era una joven muy bella, que vivía encerrada en su casa, orando y ayunando.
Todos los que acudían a visitarla para consolarla y ayudarla quedaban conmovidos de tanta resignación.Lejos de desesperarse, sobrellevó con enorme entereza y con gran fe su grave dolencia.
[4] Se supone que esto sucedió porque ella se encomendaba a su cuidado, porque desde hacia muchos siglos el papa era venerado como santo el mismo día que Fina falleció.
El Hospital de Santa Fina, ubicado en San Gimignano, se llama así en honor a su nombre.