Fina Gómez Revenga

En una entrevista concedida a María Teresa Boulton para la revista Encuadre, describió su vida caracterizada por la holgura y el conflicto.

Mi padrastro me lo prohibió, entonces necesitaba expresarme y así empecé con la fotografía.

Su sensibilidad por interpretar ambientes y sujetos resplandece en sus extraordinarios registros; su cercanía con el modelo o el objeto, hace de su creación fotográfica una expresión avasallante por la poética que conlleva.

[6]​ Sus fotografías tienen un formato de estética modernista, que hace de los sujetos y objetos representaciones simbólicas, sugiriendo formas acabadas o “bellas”, cuyo fin es la contemplación o la evocación melancólica.

También en sus trabajos Las Piedras y 0 Grados, Norte Franco combinó la poesía con la imagen, aunque su obra sobre todo se caracterizó por resaltar la morfología natural de las cosas.

[7]​[8]​ Tal como lo explica la periodista Johanna Pérez Daza, "el trabajo de Fina Gómez se inserta en la dinámica participación de las mujeres en la vida cultural del momento, un animoso despertar que abarcó la gestión y la promoción, así como la creación artística en distintas disciplinas (pintura, música, teatro, cine) y su progresiva incorporación y reconocimiento en los circuitos de validación establecidos".

En 1992 ganó el Premio Nacional de Fotografía, siendo la primera mujer venezolana que lo consiguió.