Micaela Ruiz Téllez
[1][2][3][4] Filomena Micaela Ruiz Téllez trabajaba llevando a cabo la matanza del cerdo para las familias acomodadas de Estepa, y con la manteca sobrante elaboraba mantecates, unos dulces típicos caseros que se elaboraban en los hogares de la localidad, similares a los mantecados actuales.[1][2][3][4] Estos dulces eran para consumo doméstico, ya que al endurecerse en poco tiempo no tenían mucha durabilidad.Con el tiempo Ruiz Téllez introdujo modificaciones en su elaboración, aplicando calor para disminuir la humedad, de forma que el mantecado quedaba prieto por fuera y tierno por dentro durante más tiempo.[1][2][3][4] Gracias a estos cambios en la forma de elaborarlos, los mantecados no solo se conservaban más tiempo sino que además resistían mejor el transporte y almacenaje.[1][2][3][4] La clientela de este incipiente negocio fue aumentando con los años por lo que, hacia 1870, Ruiz Téllez decidió abrir un obrador para poder producir mantecados en mayores cantidades.