Filippo Buonarroti

Gracias a la intervención de Robespierre, que lo aprecia y de quien Buonarroti es seguidor, obtiene la ciudadanía francesa y es enviado a Córcega como comisario del poder ejecutivo; sin embargo, las insurrecciones federalistas en el sudeste le impiden cumplir su misión (junio a octubre de 1793).

Detenido en Menton por «robespierrista» en marzo de 1795, es encerrado en la prisión Du Plessis, en París, donde conoce a Graco Babeuf.

Con la ayuda del hermano de Marat, Buonarroti retoma entonces una actividad revolucionaria clandestina.

Su papel en las sociedades secretas le vale ser expulsado de la ciudad dos veces: en 1813-1814 y en 1823.

Instalado en Bruselas tras la caída de Napoleón, vuelve a vincularse con viejos convencionales, como Vadier o Barère.

En París desde 1830, funda diversas logias masónicas y llega a ser un miembro activo de la Carbonería.

Juega un papel destacado en la formación política de François Raspail, Louis Blanc y Auguste Blanqui.

Detenido por última vez a los 72 años, en octubre de 1833, muere ciego y en la miseria en 1837.

Filippo Buonarroti