Todas son masillas esposídicas de dos componentes, que comienzan a endurecerse al unirse ambos.
Una vez seca, comienza haciendo las vestimentas y los distintos accesorios que la complementan.
Para quitarla se suele usar un cúter, una lima o papel de lija muy fino.
Por último, ya usando un pincel, se le da a la figura una capa de imprimación.
En el pintado con acrílicos, aunque los colores sean totalmente diferentes unos de otros, se suelen regir por una misma regla, la cual no es estricta y puede romperse según quiera la persona que pinta la miniatura.
Una vez hecho esto, se suele pasar a dar un tono de luz usando un color más claro, reduciendo la zona pintada.
Con el terreno se busca emplazar la figura en un momento y lugar determinados, este puede ser real o fantástico.
Se busca pues una ambientación adecuada con los distintos materiales de los que disponga el pintor.