Son de forma ovada con la base cordada y el ápice acuminado.
Los frutos se llaman técnicamente siconos, como en todos los ficus, tienen forma achatada, generalmente son visibles en gran número en la parte superior del tronco, en los nudos de las ramas principales.
Tienen color verde cuando son jóvenes y al madurar adoptan un tono castaño.
Son comestibles y en sus regiones de origen se recogen para comercializarlos.
Ficus auriculata fue descrita por João de Loureiro y publicado en Flora Cochinchinensis, denuo in Germania edita 2: 666.