Festa da Pita

As Eiroás es un pequeño barrio situado en la zona norte del perímetro urbano del ayuntamiento de Orense, que conserva una identidad rural, procedente de la idiosincrasia que poseía hasta hace pocos años.

A mediados del siglo XX, el emparejamiento de dos personas viudas -Antonio Guimarey y Gumersinda de Benavides- dio origen a una fiesta, cuando menos, singular.

Las informaciones no son claras al respeto sobre quien pagó, pero el caso es que sí hubo una pequeña celebración con unos gaiteros y mucha gana de fiesta.

Ésta coincidió con el Carnaval y pasó a ser este núcleo uno de los pocos lugares en la ciudad y alrededores en los que se celebraba la festividad pagana que antecede a la Cuaresma.

Cuando alguien no consigue cogerla y deja que caiga al suelo, pierde.

En la segunda edición (2000) se introdujo la celebración de una representación teatral popular que procuraba -en un tono satírico y desenfadado- recordar el origen de aquella cencerrada del pasado siglo.

Esto también trajo consigo una reforma en el guion de la obra que hizo que esta creciera en tiempo y en contenidos, insertando nuevos elementos satíricos sobre lo acontecido en el panorama social y político a lo largo del último año.

3º Se lleva a cabo la boda, con las interrupciones necesarias si así lo requiere la actualidad.

Al acabar, los novios dan las gracias a todo el público por su asistencia e irrumpe en la escena una vecina/lo que, con coplas y aleccionando al público asistente, reclama el pago de una fiesta para celebrar esta unión.

4º Entra la Guardia-civil en escena, tal y como cuentan que pasó en más de una ocasión en la antigua fiesta.

En esta ocasión lo hace atendiendo a la llamada del cura y para detener la trifulca que se ha montado en la plaza.

Después de una discusión entre la vecina y el guardia, que no entiende la retranca gallega, el revuelo de la cencerrada va a más y la autoridad competente acaba poniéndose nervioso y disparando al cielo mientras chilla "Al suelo todo él mundo".

En el fin de la obra, la persona más joven del elenco será la encargada de recoger la cesta con la gallina que la novia había portado durante toda la celebración y recitar las coplas que llevan cerrando la Voda da Pita desde el primer año:NIÑA/O: Trinta anos agardou o pobo (Treinta años esperó el pueblo) a que alguén collera a cesta (a que alguien cogiese la cesta) Non permitades, veciños, (No permitáis, vecinos) que volte a morrer a festa (que vuelva a morir la fiesta.

La idea era crear una máscara que representara en los años siguientes al carnaval del barrio.

Nacía la Pita con el nuevo siglo y combinando el espíritu carnavalesco con un homenaje la aquella viuda que, sin querer, había dado origen a nuestra fiesta más querida.

El casco se hace con ventas de escayola, empleando como molde la cabeza propia.

Estas otras colaboraciones siempre son menor en número del que la Festa da Pita habría querido atender, pero la humilde condición de una pequeña asociación cultural no permite disfrutar de la disponibilidad temporal y de los recursos que serían deseables para atender a las numerosas solicitudes que llegan cada año.

Han participado con su trabajo Heitor Real, Félix Caramés, Xosé Xoga, Paco Boluda, Manolo Penín, Rober V. Araújo, Xosé Lois Vázquez Che, Jacobo Lorenzo Nespereira, Miguel Suárez, Iván Bendaña, Idoia de Luxán, Mónica Blanco, Pablo Otero Peixe, María Piensos y José Manuel Sánchez.

1742-51 - Memoria y minuta de los trastos y alhajas que quedan en la casa de Eiroas. Archivo Deputación de Pontevedra
Pazo de Eiroás hacia 1960
Niños en el Domingo Fareleiro
Imagen del Domingo Oleiro
Un momento de la representación de la Voda da Pita
Máscara de la Pita
Broche de cuero