Ferrografía

El primer ferrógrafo fue usado por Reino Unido para detectar fallas en helicópteros en la guerra de las Malvinas.

El control continuo del aceite lubricante permite un cambio del costoso y muchas veces innecessario mantenimiento planificado a la prevención de fallas que es más eficaz y más rentable.

Desde su aplicación inicial en la milicia, la ferrografía ha demostrado ser útil en[1]​ Aplicando la idea de la ferrografía en otros campos, se han desarrollado técnicas para analizar desgastes fuera del aceite lubricante y de partículas que no llevan propiedades magnéticas.

Las partículas mayores a 30 micrones son consideradas como "anormales" e indican desgaste severo.

Además, la presencia de partículas que no hacen contacto con el aceite lubricante puede revelar contaminación.

La ferrografía es un procedimiento muy caro debido a los especializados y sofisticados instrumentos que requiere.

Adicionalmente, para la aproximación cualitativa que es la ferrografía analítica, se necesitan expertos para dar sentido a los datos brutos.