Femina (película de 1990)

El regreso a su ciudad natal para asistir al funeral le inundan viejos recuerdos de su infancia, con su devota madre, en un ambiente de culto a Iósif Stalin y una educación puritana.[1]​ En sus pesadillas, la niña sufre acoso psicológico por parte de una figura del dictador soviético.Durante el día, su propia madre, una matrona grotesca (Alina Janowska), la aterroriza y la obliga a comer huevos crudos.Vive una aventura erótica con Wiktor (Marcin Troński) y Wiśka (Ewa Sałacka), sus amigos de la infancia.Bogna necesita muchas experiencias impactantes para volver a su marido, su hijo y su vida familiar pacífica..