Es notorio cómo ambas historias mitológicas ya contienen los elementos primordiales de las historias de ginoides contemporáneas: criaturas hechas para trabajar y servir, así como para representar un ideal amoroso o erótico, hecho a la medida.
En la literatura y cine de ciencia ficción, los ginoides son quizás tan comunes como sus contrapartes masculinos.
Un tema recurrente es llevar la antropomorfización e inteligencia de los ginoides (y androides) a un grado mucho más elevado que el posible actualmente, para que el abuso presentado en la obra por parte de los humanos tenga elementos mucho más cuestionables éticamente (así como para facilitar la caracterización del ginoide por una actriz humana).
Por ejemplo, en Blade Runner, donde los androides y ginoides son prácticamente indistinguibles de los seres humanos, la replicante Pris está explícitamente identificada como un androide para uso sexual, mientras que Rachael es una replicante que cree ser humana, al tener memorias implantadas por su creador.
Ambos personajes sirven para ejemplificar y criticar la deshumanización del hombre, al negar derechos a los que son prácticamente sus iguales.
Dicha representación se volvió tan conocida, que es parodiada en los filmes cómicos de Austin Powers, donde las ginoides con armas letales integradas son herramientas del Dr. Evil.