Más tarde, asistió a las universidades de Tubinga y Fráncfort, donde obtuvo un doctorado en ciencias políticas.
Alentado por el éxito del evento, decidió, junto a su amigo Friedrich Pollock, fundar en 1924 el Instituto para la Investigación Social (Institut für Sozialforschung) en Fráncfort, más conocido posteriormente como Escuela de Fráncfort.
En la década de 1920 estuvo brevemente en la Argentina e hizo un precursor trabajo sobre la incipiente clase obrera local.
En su libro El Enigma Argentino realiza un aporte importante de interpretación de la sociedad argentina hasta el arribo al poder del peronismo, del que fue luego muy crítico, defendiendo el proceso de industrialización y criticando fuertemente a la vieja clase dirigente conservadora y a los estancieros terratenientes.
Tuvo una importancia crucial en el pensamiento intelectual europeo del siglo XX y, aunque estuvo en su país natal sólo 16 años de su vida la mayor parte de su producción teórica la dedicó a los problemas argentinos.