Era costumbre que las mujeres cristianas en Europa llevaran alguna clase de cobertura en la cabeza, cofias y tocados.
[1][2] La moda europea de decorar la cabeza con un sombrero se remonta al Renacimiento, a finales del siglo XVI.
Más grande que un broche para el cabello, los modernos fascinadores están hechos generalmente con plumas, flores o cuentas.
Las novias pueden escoger llevarlo como alternativa al velo o sombrero nupciales, especialmente si su vestido no es de tipo tradicional.
En la boda del príncipe Guillermo y Catalina Middleton en abril de 2011, varias invitadas llevaron fascinadores.
[12][13][14] La princesa Beatriz utilizó la publicidad para subastarlo en eBay, donde se vendió por 99.000 euros que donó a la caridad.