Su estructura octogonal se caracteriza por ser, junto con la Iglesia Parroquial San Pedro Apóstol, un símbolo reconocido de la ciudad.
Esta cúpula fue construida a los pies del faro e izada con expectación una noche, para evitar el fuerte viento común en Huasco, y que podría hacerla chocar contra el hormigón octogonal.
Estos con el paso del tiempo se oxidaron y dejaron a esta obra sin iluminación por largos años, pero esporádicamente estos han sido reemplazados, y lo iluminan especialmente en época estival.
En le transporte de minerales desde las minas a astillero, se ocupaban 730 mulares.
Esta fundición de cobre más tarde fue adquirida por el industrial minero coquimbano Santiago Vicuña.