Durante la guerra civil que estalló a principios de los años 1990, su abuelo fue asesinado por militantes armados y su madre fue agredida.
[1] Después de terminar el octavo grado, Ibrahim dejó la escuela para mantener a sus familiares.
Más tarde se separó de su familia tras negarse a casarse con un hombre mucho mayor que ella.
Allí promovió el asesoramiento sicológico y las pruebas voluntarias de VIH/SIDA, así como el uso de anticonceptivos, e hizo campaña contra la mutilación genital femenina.
Este tipo de trabajo en la consejería fue motivo de tensión con su familia y con la comunidad somalí, que son socialmente conservadores en general, y ambos sentian que trataba temas que era impropio de su origen.