Como ejemplo, se puede examinar la sección introductoria y la música subsiguiente.
La obra comienza con una secuencia en fa menor, que inicia una sección de cierta extensión, oscura a modo de conmovedora marcha fúnebre en tempo di marcia.
Se trata de un homenaje a los muertos en la revolución polaca.
Esta primera sección está firmemente afianzada, aunque con alguna desviación, en la tonalidad de fa menor y su regularidad rítmica le proporciona un contraste respecto de lo que sigue justamente a continuación.
Es una obra deslumbrante con pasajes en octavas de extraordinaria dificultad.