[1] Sin embargo, esta historia, contada por Sabaneev y repetida por Faubion Bowers en su biografía de Skriabin, puede ser apócrifa.
La Fantasía comienza con una armonía ambigua y abierta no muy diferente a la que Skriabin usó para la apertura de su segunda sonata, conocida como Sonata-Fantasía.
La melodía se trata canónicamente, con múltiples voces haciendo eco sobre un acompañamiento de mano izquierda extremadamente generalizado.
En la recapitulación, el primer tema está extensamente elaborado con arpegios de barrido en ambas manos.
Mientras tanto, el segundo tema se recapitula con grandeza más que con ternura: una apoteosis no muy diferente de la transformación temática del tema principal en la Primera balada de Chopin desde su tierna declaración inicial en mi ♭ mayor hasta su gran explosión en la mayor.
En última instancia, la coda termina triunfalmente en si mayor, con una fuerte evocación del "Liebestod" de Wagner.