Frances Burney

Frances Burney "se deleita describiendo la tontería y las pretensiones humanas; retrata celosamente los contratiempos y los malentendidos que ensucian a menudo las relaciones sociales, sobre todo las que se producen entre miembros de clases distintas".

[2]​ Estimulada por Sheridan y otros autores, también escribió mucho teatro, que apenas fue representado por su carácter "inconveniente", así como un largo e interesante Diario, "uno de los mejores que se han escrito en lengua inglesa", según Robert Barnard,[3]​ pero que solo se publicó tras su muerte; primero, la parte referida a su vida durante su estancia en la Corte, en 1768, en el que destaca su descripción (era ayuda de cámara de la reina) de la locura del rey Jorge III; luego, los Diarios en su integridad en 1880, en una edición supervisada por la escritora estadounidense Sarah Chauncey Woolsey.

Aunque al principio simpatizó con la Revolución Francesa, pronto sus excesos la horrorizaron; pero se casó en 1793, después de haber rechazado dos propuestas más joven de otros candidatos, y ya con 42 años, y contra el deseo paterno, con un exiliado católico francés, el General Alexandre D'Arblay.

En 1811 sufrió una peligrosa mastectomía, que llegó a describir (en esa época no había anestesia), y en 1814 publicó su última narración, la novela histórica / gótica The Wanderer, sin éxito.

En Camilla Burney propone un ideal de comportamiento femenino totalmente opuesto a la idea de instrucción, igualdad e independencia sostenido por Mary Wollstonecraft, afirmando que "cuál sea la instrucción adecuada para una mujer es algo que está por verse, es aún un problema que no estamos en disposición de resolver".

Frances Burney, de casada, por Edward Francisco Burney
Retrato de Fanny Burney.