En 1981 alcanzó fama internacional con La mujer de al lado, película dirigida por Truffaut y en la que comparte el protagonismo con Gérard Depardieu.
En 1995 hizo su presentación en Hollywood con Sabrina, de Sydney Pollack, película protagonizada por Harrison Ford y Julia Ormond.
Por fin, en 1996 recibió el premio César a la mejor actriz por su interpretación en la comedia Todos están locas, dirigida por Gabriel Aghion.
En 2010, dirigió su primer cortometraje llamado Quimeras ausentes (Chimères absentes en francés) que también protagonizó.
Ha hecho este corto para defender los derechos del pueblo gitano, una causa que defiende personalmente.