Familiar de la Inquisición

Convertirse en familiar era considerado un honor, ya que suponía un reconocimiento público de limpieza de sangre y llevaba además aparejados ciertos privilegios, entre ellos, que podían portar armas.

Solían proceder del pueblo llano, eran artesanos y mercaderes, aunque, cuando la figura del familiar se fue alejando de sus fines iniciales - milicia al servicio del Santo Oficio-, se unieron a estos, caballeros que veían el puesto como una fuente de prestigio y privilegios de toda clase.

Un ejemplo de esto lo encontramos en Cataluña, ya que, si bien en las Cortes de Monzón de 1512 se había pedido que el número quedase reducido a treinta y cuatro, se sabe que en 1567 había en Cataluña setecientos ochenta y cinco familiares.

A finales de siglo, los familiares habían quedado en diecinueve en Barcelona, nueve en Gerona, cuatro en Tarragona...

Esta reducción no se produjo en las zonas rurales, donde el número había crecido bastante.