La familia ignaciana reúne de manera informal (sin vínculo oficial) las diferentes congregaciones, comunidades, movimientos o asociaciones -tanto religiosas como laicales- de espiritualidad ignaciana, cada cual con su propios estatutos canónicos independientes.
[1]Sus nombres, muchas veces, se refieren o al fundador de los jesuitas o a san Francisco Javier.
Varios de estos grupos fueron fundados propiamente por jesuitas.
También existen lo que se puede llamar la «familia ignaciana extendida» que incluye a los cristianos que, sin ser de convicción católica, han elegido la espiritualidad ignaciana como marco de referencia en su relación personal con Dios y con Cristo.
Entre estos se encuentran anglicanos o episcopales, luteranos, metodistas, presbiterianos, menonitas, cuáqueros y miembros de la Iglesia Reformada Unida.