Es una especie migratoria y normalmente sigue rutas oceánicas, invernando en mares tropicales.
Durante el período de cría el macho muestra un plumaje más apagado que la hembra.
La puesta media consiste de 3-6 huevos, en un nido situado en el suelo, cerca del agua.
Se cree que esta conducta le ayuda a elevar su alimento del fondo de los estanques.
El falaropo permanece en el borde del remolino, atrapando pequeños insectos y crustáceos con su pico.