Fue construido en 1958 con proyecto del arquitecto Fernando Moreno Barberá.
Las diferentes fachadas se resuelven con una total diversidad, atendiendo básicamente a factores de orientación.
Respecto a la implantación del edificio, éste no se resuelve mediante una solución en bloque compacto, sino que existe una voluntad de jerarquización y de tratamiento de los espacios y de los programas: Con esta obra se experimenta una nueva manera de entender el paisaje urbano puesto que la edificación abierta se relaciona con el espacio público de la ciudad mediante zonas ajardinadas, anteponiéndolas incluso ante un paseo arbolado.
Se trata de una arquitectura que se resuelve mediante piezas de diferentes escalas cuidadosamente articulados: los bloques bajos con fachadas a calles secundarias asumen la consideración de esta escala urbana, el bloque alto, con fachada al jardín y a la avenida, responde con su dimensión a esta amplitud perceptiva.
La funcionalización de los espacios sigue siendo eficaz, a pesar de que la actual masificación estudiantil ha desbordado por completo los planteamientos originales del proyecto.