El interior del cuerpo central está formada por once módulos que albergan a los circuitos electrónicos.
Su exterior está recubierta por paneles solares que suministran la energía necesaria para el funcionamiento.
La estructura quedará orbitando a la misma altura pero apagada y no puede ser reutilizada.
El satélite estuvo en órbita cerca de tres años.
Chile queda, hasta la llegada de FASat-Charlie en 2011, sin presencia tecnológica en el espacio.