[2] El nombre de Fennecus zerda fue utilizado por autores como Ellerman y Morrison-Scott en 1966, Nowak en 1991 o Tedford et al.[6] Sus rasgos más distintivos son su pelaje color arena, más claro en la cara y el vientre, su cola larga y lanosa con la que se abriga cuando duerme, el morro muy corto, almohadillas plantares peludas y sobre todo sus enormes orejas (de 10-15 cm), que le ayudan tanto a oír hasta el menor sonido como para irradiar el exceso de calor al exterior, y por esta razón suele escogerse como ejemplo de adaptación al medio desértico en contraposición al zorro de orejas pequeñas que habita en el círculo polar ártico.Su sentido del oído es tan fino que puede incluso escuchar a sus presas en sus madrigueras.Complementa su dieta con frutos (dátiles, bayas, etc.) que encuentra en los oasis, donde también se aprovisiona de agua, aunque puede vivir sin ella.Los fénecs son animales sociales que se emparejan de por vida y defienden su propio territorio.La madriguera típica del fénec está excavada en la arena, tanto en áreas abiertas como en zonas protegidas por la vegetación (dunas fijas), y suelen tener varias entradas, si el sustrato lo permite.[9][10] Es frecuentemente perseguida y cazada por su piel, aunque no causa ningún daño a los intereses humanos.[11] No existen estimaciones precisas sobre el tamaño de la población, pero se asume que no peligra debido a las observaciones de los tramperos que los venden a los turistas o para exhibiciones.
Fénec.
Un ejemplar de fénec de diez meses de edad, mostrando sus llamativas enormes orejas.