Félix de Nicosia

A los 18 años, fue a tocar a la puerta del convento para ser recibido como hermano lego, pero fue rechazado, porque no sabía ni leer ni escribir.

Sin recibir un no por respuesta y sin buscar otro camino, insiste y después de 10 años de insistencia, fue finalmente recibido en Mistretta, Sicilia en la Orden de los Franciscanos Capuchinos.

Cada día, recorría las calles tocando las puertas de ricos palacios para pedirles de compartir sus riquezas, mientras que el llevaba consuelo y socorro a los pobres.

Agradecía humildemente a cada uno diciendo: « Que sea por el Amor de Dios ».

Apuesta todo en Dios, y seguramente a sí mismo.