Brukman es una fábrica textil ubicada en Balvanera, en Buenos Aires, Argentina (Jujuy 554).
La empresa se presentó en el juzgado y solicitó convertirla en concurso preventivo de acreedores.
En los últimos años se pedía a los empleados trabajar gratis los sábados como ‘aporte’ voluntario, bajo la amenaza del cierre.
Los Brukman tampoco realizaron aportes jubilatorios, no se pagaron cargas sociales ni los seguros de retiro.
Los hermanos Brukman, dueños de la fábrica, prometieron entregar el dinero y se retiraron.
Su idea era tomar el edificio y negociar desde esa posición, pero los patrones nunca regresaron.
Luego de meses estaban preparados para elevar sus salarios y contratar 10 empleados más.
Myriam Bregman, una de las abogadas que representa a los empleados de Brukman, informó que las mujeres presentes, incluso ella misma y su colega Ivana Dal Bianco, fueron “golpeadas y maltratadas por la policía, que estaba acompañada por asistentes sociales del Gobierno de la Ciudad”.
[4] Unas horas más tarde, antes del amanecer, 3000 manifestantes (incluidos militantes políticos y participantes de las asambleas vecinales) se apostaron a los alrededores de Brukman para apoyar a los trabajadores.
Legisladores y otros funcionarios, así como grupos de derechos humanos se reunieron con el juez Rimondi, pero la decisión no fue revertida.
Las fuerzas policiales, ante la menor provocación, iniciaron una represión que fue considerada desmedida incluso por funcionarios nacionales y que llegó a afectar a chicos internados en el Hospital Garrahan.