Allí también dos adolescentes pueblerinos se asoman a la pubertad entre juegos con seres míticos, fruto de su cosmovisión andina.
Llegará, además, a resolver el conflicto que enajena su vida interior.
La crítica peruana elogió a la película inmediatamente después de su estreno en Lima.
[1] El crítico de cine Sebastián Pimentel del diario El Comercio la cataloga como "un nuevo título entre lo mejor del cine peruano de los últimos años".
Como sucede en los casos citados, lejos de verbalizar hechos, Siles explora afectos, creencias, imaginarios.