Un éxito enorme, por número de visitadores y por el interés mostrado de los mass media: servicios fotográficos en los telediários RAI, y en los artículos en la prensa nacional e internacional; llegaron también enviados especiales, Oriana Fallaci y Natalia Aspesi, que dedicaron artículos en sus periódicos.
En los años siguientes, se continuó en la misma manera, con exposiciones a tema.
La exposición en estos 40 años de vida se ha ocupado de varios temas;las ediciones más apreciadas y recordadas por los periódicos y las páginas web seguidas: La edición 33 del 2005 ha sido dedicada al genio Carl Barks: como siempre entre los invitados había huéspedes internacionales, entre los cuales el Carl Barks' Fan Club y Don Rosa, el heredero natural del maestro.
La exposición dedicada a los 25 años del escrutador del la pesadilla, Dylan Dog, se concluyó con una reseña de prensa para honrar Bonelli: per esta razón la exposición se intituló: Feliz cumple Dylan Dog.
Por otra parte las actividades deportivas están presentes en las historietas como tendrían que estar en la vida real de cada persona; además por la primera vez de la exposición, se han expuesto las tablas y las ilustraciones Manga, porque en las historietas japonesas el deporte es un tema muy presente, como por ejemplo con Holly e Benji y Mila e Shiro.
El nome U Giancu se decidió por el restaurante en el que los organizadores del premio estaban reunidos aquella noche: allí estaban el dueño del restaurante Fausto Oneto, su mujer, el historietista italiano Luciano Bottaro, su amigo Piero Campana (su ayudante en el restaurante) y Claudio Bertieri al que se le ocurrió la idea de recordar su amigo, el dibujador Antonio Canale.
Así decidieron llamar pronto Lele Luzzati, un ilustrador y animador italiano, al cual pidieron crear una estatuilla ad hoc: su invención fue Il pulcinella Bianco, de hecho el término U Giancu es en dialecto genovés y significa el blanco; para completar la ópera, Oneto decidió colocar la estatuilla en una caja de madera de olivo creada por su carpintero de confiancia.
Así en 1996, el primer guionista premiado fue Sergio Bonelli por sus historias de Zagor, Mister No y Tex.