[cita requerida] Los experimentadores, conducidos por el psicólogo Solomon Asch, pidieron a unos estudiantes que participaran en una «prueba de visión».
En las dos primeras, tanto los cómplices como el sujeto crítico respondieron de forma unánime la respuesta correcta.
Sin embargo, a partir de la tercera prueba, los cómplices indican intencionalmente una respuesta incorrecta.
Al repetirse la situación, el sujeto crítico finalmente cede a la presión de grupo e indica también una respuesta incorrecta.
Un 25% de los sujetos siempre desafió a la opinión mayoritaria, dando la respuesta objetivamente correcta.