Las primeras directrices oficiales para el exorcismo se establecieron en 1614,[5] mientras que los grimorios eran ampliamente conocidos y utilizados desde la Antigüedad.
Sacerdotes inconformistas que pertenecían a grupos marginales aprovecharon el aumento de la demanda y realizaron exorcismos con poca o ninguna sanción oficial.
Según las directrices de la Vaticano publicadas en 1999, "la persona que afirma estar poseída debe ser evaluada por médicos para descartar una enfermedad mental o física".
Muchas veces una persona sólo necesita ayuda espiritual o médica, sobre todo si hay drogas u otras adicciones.
Los exorcistas experimentados utilizan el Rituale Romanum como punto de partida, no siempre siguiendo exactamente la fórmula prescrita.
[10] La práctica oficial del exorcismo se rige por el documento vaticano De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam.
El Vaticano ofrece un curso sobre exorcismo, que en 2019 se abrió por primera vez a miembros de otras confesiones cristianas.
Si el exorcista detiene el rito, entonces el demonio le perseguirá y por eso es tan esencial que el proceso termine.
Sobre este tema, existe el libro del periodista Matt Baglio[15] titulado El rito: The Making of a Modern Exorcist, editado por primera vez en 2009 y luego en 2010, que inspiró la película de 2011 El rito[16][17][18][19] y que menciona al psiquiatra Dr. Richard E. Gallagher, quien también ha escrito un libro sobre el tema, publicado en 2020 por HarperCollins, titulado Demonic Foes, A Psychiatrist Investigates Demonic Possession in the Modern United States.