La mayoría dentro del cine de destape o clasificada S como Viciosas al desnudo (1980), La caliente niña Julietta (1981), Los amores impuros de Sybille (1981) o En busca del polvo perdido (1982), entre otras.
Poco después, rodó incluso un anuncio publicitario en Francia, donde, según sus propias manifestaciones, llegó con 300 pesetas de la época y la idea de recorrer Europa en autoestop.
Tras rodar su siguiente película, se trasladó a Ibiza, donde se dedicó especialmente a sus dos grandes aficiones: la pintura y la poesía.
Ya de nuevo en Madrid, inició una relación sentimental con Carlos Serrat, con el que fundó una cooperativa para producir la obra Alicia en el país de las maravillas, que resultó un fracaso para ambos.
Con la decadencia del llamado «cine de destape» desde principios de los años 80, decide ir adaptándose al ambiente del cine convencional,[3] lo que la llevó a actuar en varias películas, entre las que destacan especialmente Sal gorda (Fernando Trueba, 1984), donde interpretó el papel de Brígida, el thriller Escapada final (Carlos Benpar, 1985), así como el documental Picasso, ocho historias de amor (Luis Mamerto López-Tapia, 1992).