Eugénie Brazier fue la primera mujer en obtener tres estrellas Michelin.
En cuanto a su deceso, fue inhumada con su hijo Gastón (quien había muerto tres años antes, en 1974), en el cementerio Mas Rillier, en Miribel, en el departamento de Ain.
Eugénie decide dejarlo al cuidado de una nodriza y dirigirse a Lyon.
Sus inicios son difíciles, pero gracias al boca a oreja y a los elogios del gran crítico gastronómico Curnonsky y al Club des Cent su restaurante se vuelve popular.
En 1946, Paul Bocuse, que en aquel entonces tenía 20 años, regresa a Lyon tras haber combatido en la Segunda Guerra Mundial, y continúa su aprendizaje en el restaurante de Eugénie Brazier en Col de la Luère à Pollionnay.