Se le conoce por estabilizar las tierras del Sur de Mesopotamia bajo la cultura sumeria.
Una leyenda babilonia dice que Etana, estaba desesperado por no tener hijos, hasta que un día salvó a un águila de morir de hambre, la cual le llevó al cielo para encontrar la planta del nacimiento.
Ambos animales han prometido a Utu (dios del sol), cooperar y compartir el alimento con sus crías, pero un día, el águila se come a las crías de la serpiente, que se venga y captura al águila.
Etana la salva, pero pone como condición que le entregue la planta del nacimiento, para poder ser padre.
El águila le lleva al cielo del dios Anu, donde en un segundo intento (en un primer intento cae a tierra), consigue la planta.