Fue descubierta en el año 1917 por el astrónomo Adriaan van Maanen quien, comparando fotografías tomadas entre los años 1914 y 1917, notó su elevado movimiento propio anual (2,98").
A 14 años luz del sistema solar, es la enana blanca solitaria —sin otra estrella acompañante— más cercana.
Cuando la estrella abandonó la secuencia principal, se expandió a una gigante roja, que en algún punto de la rama asintótica gigante alcanzó un radio máximo de 650 veces el radio actual del Sol, o aproximadamente 3 unidades astronómicas, y en esa misma fase la estrella perdió parte considerable de su masa.
[5] Cuando la gigante roja agotó su combustible nuclear, expulsó sus capas exteriores en una nebulosa planetaria que duró unos miles de años, y quedando como remanente la actual enana blanca.
Las enanas blancas son objetos increíblemente densos, con una densidad 50 000 veces superior a la del platino: el diámetro calculado para la estrella de Van Maanen es ligeramente inferior al de la Tierra, con lo que su densidad es unas 10 veces mayor que la de Sirio B, la enana blanca más próxima.