Se la considera como uno de los más antiguos documentos sobre la fundación de un convento, pues su inscripción se refiere a la relación de la difunta con dicha fundación.
Se encuentra expuesta en la entrada de una sala del Museo Numantino de Soria.
Mide 140 cm de altura y tiene tallada una inscripción en latín con los comienzos de cada línea perdidos al haberse recortad la piedra por su lado izquierdo en forma circular.
Antes de pasar al actual museo se encontraba entre las piezas que guardaba el antiguo Museo Celtibérico de Soria.
Allí fue descubierta y estudiada por el arqueólogo español Blas Taracena, quien la describe en su escrito de 1941, Carta arqueológica de España.