Esteban el Joven fue un monje nacido en Constantinopla en los primeros años del siglo VIII.
Allí llegó a ser abad cuando comenzaron las luchas iconoclastas.
Su fama de vida santa era tan conocida, que el emperador Constantino V Coprónimo quiso hacerlo suscribir las conclusiones del Concilio de Hieria.
Dado que Esteban se negó, fue encarcelado, exiliado y luego flagelado.
Finalmente se le arrastró fuera de la capital del imperio y, al parecer, los soldados lo habrían matado a golpes.